ENTRENAMIENTO


Consideraciones sobre el kumite


preceptos para un buen kumite
En su libro Karate Superior (1.991) Hermenegildo Camps Meseguer lleva a cabo un profundo estudio sobre las técnicas más efectivas utilizadas en kumite y la forma de entrenarlas. Así mismo expone, a modo de resumen, un compendio de normas y considerciones fundamentales que deben ser tenidas en cuenta a la hora de mostrar un buen rendimiento en combate. En esta sección deKarateTotal.com se enumeran dichos preceptos básicos y se explican brevemente, aunque si el tema os interesa lo mejor es que intentéis conseguir el mencionado libro, en el que descubriréis un montón de combinaciones técnicas e ideas que os permitirán aplicarlas en la práctica.

i - mantener siempre la distancia adecuada

Las diferencias entre larga, media y corta distancia resultan fundamentales. Una de las primeras habilidades que debe adquirirse para practicar un buen kumite es mantener siempre la distancia adecuada frente al oponente, lo que permitirá aplicar las técnicas correctamente, tanto defensivas como ofensivas.

ii - toda defensa debe ir seguida de un inmediato contraataque

Todo ataque repelido debe ser contestado con una contra. Ésta debe aplicarse de modo inmediato, de modo que defensa y contraataque formen una única acción, sin dar tiempo al rival a reaccionar. Este lapso de tiempo que el oponente, preocupado de su ataque, queda indefenso, es el que debe ser aprovechado para aplicar la técnica. Las técnicas de provocación o amagos de ataque están, pues, relacionadas con esto último, ya que se puede provocar un contraataque voluntario con la intención de aplicar después una defensa y ataque definitivo.

iii - oposición de defensas encadenadas frente a ataques encadenados

Las combinaciones son una constante en el kumite, tanto en ataque como en defensa. Lo ideal sería poder aplicar las defensas sin esquivas exageradas, lo que permitiría aplicar un contraataque efectivo y rápido sobre el oponente que, por haber atacado, se encuentra en nuestra distancia. Pero como no siempre es posible la defensa en estas condiciones, es necesario saber que la "retirada" en línea recta ha de evitarse. Se debe intentar no recular hacia atrás, sino desplazarse lateral y diagonalmente, lo que facilitará el contraataque.

iv - se debe entrar con el contraataque en el terreno del adversario

Como ya hemos dicho, el ajuste de la distancia resulta fundamental tanto en el ataque como en el contraataque. Cuando la defensa es estática, la técnica de contra puede aplicarse en el sitio, pero cuando hay una retirada sucede que la distancia es demasiado larga como para contraatacar, por lo que es necesario un ajuste de la distancia que debe permitir la máxima efectividad de la técnica. Obviamente la rapidez en el encadenamiento de defensa, reajuste de la distancia y contraatque deben ser máximas para poder sorprender al oponente.

v - los bloqueos estáticos y las esquivas por la línea interior del atacante exigen contraataque simultáneo

Tanto defendiendo estáticamente como realizando una esquiva diagonal hacia el interior de la línea de ataque del oponente, la posición de quien defiende queda muy expuesta al ataque adversario, dada la corta distancia a la que ambos contendientes se encuentran. Es necesaria, pues, una contra inmediata. Sin embargo, cuando la defensa con retirada precede a la contra sí puede ser en dos tiempos.

vi - las esquivas comienzan una vez el oponente ha iniciado su ataque y terminan antes de que dicho ataque haya finalizado

Este punto es muy importante, pues si la esquiva comienza antes del propio ataque es posible que el oponente modifique dicho ataque y llegue a impactar. Para que esta rapidez sea máxima, es preciso que las caderas jueguen un papel fundamental. Incidir en el concepto de awase (a la vez) en los entrenamientos puede hacer aumentar la intuición del karateka a la hora de moverse en sincronía con su oponente.

vii - en las esquivas es fundamental el impulso de las caderas

El movimiento de todo el cuerpo debe comenzar con impulso de las caderas, no de los pies ni de cualquier otra parte del cuerpo. Esto permite un desplazamiento en bloque de todo el cuerpo mucho más efectivo y veloz.

viii - en los derribos y las técnicas de autodefensa es necesaria la máxima proximidad al adversario

La aplicación de zancadillas y de técnicas específicas como el ataque a los ojos, los genitales o el cuello del adversario deben ser realizadas buscando la mayor proximidad posible al adversario.

ix - si debemos pelear contra más de un adversario, nuestro primer objetivo debe ser el mejor cualificado

Resulta obvio que, si hemos de enfrentarnos a un grupo de oponentes, dediquemos nuestros primeros esfuerzos a neutralizar al líder o jefe del grupo o, en su caso, al miembro de dicho grupo que pueda suponer una mayor amenaza. Esto, entre otras cosas, minará la moral del grupo entero.

x - se debe aspirar a logra la máxima efectividad en el menor tiempo posible

Partiendo de la base de que un karateka sólo recurre al combate como último recurso, debe conocer que, cuando éste es inevitable en situaciones reales, se debe actuar sin miedo al daño que se provoca; sólo así el ataque resultará efectivo. Además, buscar la aplicación de técnicas definitivas y contundentes que permitan una rápida resolución del combate reducirá al mínimo la posibilidad de sufrir daños propios.

xi - se debe atraer al contrincante que retrocede

Cuando en un kumite uno de los dos karatekas cobra ventaja puede asumir un rol pasivo, simplemente alejándose de su adversario y sin complicarse la vida con ataques arriesgados. En tal caso, es preciso atraer al oponente. Hermenegildo Camps recomienda lo siguiente en su libro: realizar entradas sucesivas al oponente seguidas de retiradas que forzarán a éste a reajustar la distancia; tras varias de estas entradas, se sorprenderá al adversario atacando con contundencia en el momento justo en que él restablece la distancia tras nuestra retirada. Camps denomina a este método la técnica del "vaivén".

xii - romer la monotonía de un combate

Cuando dos karatekas se enfrentan no es poco frecuente que el combate pronto adquiera cierto cariz de monotonía. Para evitar esto, el karateka puede utilizar diferentes recursos que le permitirán controlar el ritmo del combate: alternancia de aceleraciones con detenciones bruscas, adoptar tácticas defensivas u ofensivas, realizar amagos...

xiii - no debe realizarse un ataque si no se tiene un plan claro

Muchas veces se recurre al encadenamiento de técnicas para lograr un ataque efectivo. En tal caso, es frecuente lanzar primero un ataque a nivel yodan para provocar que el adversario levante la guardia y poder así aplicar una técnica efectiva a nivel chudan.

xiv - las fintas deben realizarse como si fuesen ataques reales

Una finta busca generar una reacción en el oponente, de modo que para que esta reacción sea real es preciso que la finta también lo sea, es decir que aunque sepamos de antemano que la técnica no va a entrar, debe ser lanzada igualmente, para continuar con el plan previsto.

Mejorar en los Katas
Aunque en el apartado de consideraciones sobre los kata que aparece en esta misma sección ya hemos aludido a algunos de los aspectos relacionados con la forma de mejorar en su práctica, es conveniente profundizar un poco más en este apartado. Funakoshi Sensei afirmaba que “el kata es el alma del karate”; hagámosle caso.
Las consideraciones que siguen han sido recopiladas de internet pero, si bien todas están relacionadas entre sí buscando un objetivo común, mejorar la ejecución y el conocimiento de los katas, han sido clasificadas en puntos independientes, a veces redundantes. He preferido que fuese así ya que he ampliado cada apartado tomando notas de otras webs, de libros, de algunos foros y lo he complementado con la información de aquí y de allá que he creído oportuna. En algunos casos podréis notar cierta exageración en alguna afirmación, como en “un kata, una vida”, forma de pensar en desuso que hace referencia a la antaño costumbre habitual entre los maestros de practicar un único kata durante toda su vida. En cualquier caso, me ha parecido adecuado incluir estos aspectos y aquí está el resultado.

I – No deformar el kata 

El primer aspecto a tener en cuenta y al que se debe prestar especial atención es que el kata debe practicarse sin deformación alguna con respecto a la versión original. Muchos principiantes transforman la técnica original del kata creyendo erróneamente que, deformando el gesto original, obtendrán mayores beneficios en la aplicación real.

Aquí interviene la diferenciación entre kata y bunkai; mientras en un kata se buscan múltiples efectos, como el fortalecimiento muscular –de ahí las posiciones bajas- y el perfeccionamiento técnico, en el bunkai prima la efectividad real de la técnica, en muchos casos, técnicas, derivadas del gesto efectuado en el kata. Conociendo ambos aspectos, kata y bunkai, lo simbólico y lo real, y practicándolos conjuntamente, se hará más patente el sentido o aplicación de cada técnica del kata.

II - Consejos prácticos para una mejor ejecución del kata 

Guardar las formas. En el Karate el respeto es fundamental, y se demuestra a los compañeros de Dojo y al Sensei a través del preceptivo saludo. Éste, cuando se trata de ejecutar un kata, debe hacerse tanto antes de entrar en el tatami –se supone un saludo general, a todo el Dojo- como justo antes de comenzar la ejecución del kata –en este caso, va dedicado al Sensei-. A continuación de este segundo saludo el karateka debe pronunciar alto y claro el nombre del kata que va a realizar. El tono elevado y seco dará realismo al kata, hará ver que lo que sigue va en serio y pondrá de manifiesto el espíritu de lucha. Los dos o tres segundos que siguen al saludo deben aprovecharse para vaciar (kara) la mente y librarse de todo pensamiento que no sea la ejecución del kata. 

El realismo. Dado que el kata es un enfrentamiento contra varios oponentes imaginarios, durante la ejecución se debe buscar el máximo realismo posible. Por ello, los movimientos deben llevar un ritmo adecuado y aspectos como la mirada –Chakugan- cobran especial importancia: la mirada debe ser intensa, no ofuscada, y enfocarse directamente a la cara de nuestro supuesto rival antes de iniciar la técnica correspondiente, transmitiendo el espíritu de guerrero que cada uno lleva dentro. 

También es importante llevar el ritmo correcto. Cada kata es una sucesión de técnicas de ataque y defensa que deben realizarse en la secuencia adecuada y con un «tempo» y un ritmo determinados. Así, en los kata básicos de cualquier estilo, por poner un ejemplo, tras cada línea de ejecución debe realizarse una breve pausa (dos segundos más o menos), la cual permitirá recuperarse levemente del esfuerzo realizado previamente y dará un aspecto más real al kata, al evitar que quien lo ejecuta pase atropelladamente por él, restándole toda efectividad y espíritu marcial. 


Íntimamente relacionado con el realismo que el karateka imprime a su kata está el concepto de kiai, la liberación de la energía interna en el momento del impacto por medio de un grito que proporciona a quien lo ejecuta mayor tensión muscular y la ventaja psicológica derivada del efecto intimidatorio que el grito causa en el oponente. El kiai, que debe partir siempre del estómago y no de la garganta, es el estigma del kata, su marca definitoria; el kata está vivo, es el alma del karate, pero, sin el kiai, su esencia desaparece y el kata se convierte en una mera coreografía de técnicas ejecutadas con mayor o menor acierto. El sentido del karate es la búsqueda de la técnica definitiva y, de entre éstas, la marcada –o las marcadas- en el kata con un kiai son las más importantes. Olvidarse un kiai en un kata es olvidar que se hace karate, aunque hay estilos que optan por obviar el kiai en algunos de sus kata. 

Conocimiento. De poco servirá un profundo conocimiento de los preámbulos que deben introducir un kata y de la forma de imprimirle realismo si el conocimiento del kata, de sus posiciones y de sus técnicas, no es profundo. El kata, además de los beneficios que aporta en la formación del carácter y del espíritu de lucha y de sacrificio, busca que su practicante se ejercite, se fortalezca y adquiera una serie de destrezas que le sirvan para afrontar situaciones de enfrentamiento real. Pero, frente a estas situaciones reales siempre cambiantes, que exigen del practicante una gran versatilidad y capacidad de adaptación, el kata debe permanecer invariable a lo largo del tiempo; los antiguos maestros han demostrado su valor en años de enfrentamientos y de guerras y nadie debe modificar lo que, se sabe, es eficaz. Aunque tal eficacia ha de buscarse más allá del kata, siendo éste únicamente la base de la pirámide sobre la que se sustenta la formación integral del karateka. 

La respuesta a nuestras inquietudes está en el bunkai o aplicación correcta en situación real de cada una de las técnicas del kata. Sólo entrenando el bunkai a sus tres niveles -shoden u omote, chuden y okuden- llegaremos a una comprensión correcta de cada técnica y, por tanto, sólo así podremos aplicarla correctamente en la vida real, teniendo en cuenta, además, que, generalmente, a una misma técnica corresponden varios bunkai posibles. 

Alerta. El de Zanshin es un concepto primordial para el practicante de karate. Implica la necesidad de estar alerta, listo y dispuesto para la acción, sin dar opción a ningún posible despiste. En el kata, tras la última técnica, debe haber una pausa de dos o tres segundos antes de volver a la posición inicial; adoptada ésta, el karateka no debe relajarse en absoluto: ha de permanecer alerta, en tensión contenida, al acecho… Si alguien se relaja por completo tras rematar el kata demostrará no haber captado la esencia del karate. 

Divide y vencerás. Cada kata consta de cierto número de técnicas; los básicos incluyen cerca de veinte movimientos cada uno, mientras que algunos kata superiores superan las cien técnicas –como Suparimpei, por ejemplo-. Es por ello que aprenderse el kata completo de una sentada es sólo productivo para lograr memorizarlo, conocer su embusen y la secuencia correcta de movimientos. Pero el kata es mucho más que eso, requiere un conocimiento mucho más profundo y cada técnica debe tener finalidad en sí misma y debe ser ejecutada con la máxima precisión y efectividad posibles. ¿Cómo conseguirlo? Dividiendo el kata en partes y entrenándolas por separado. De esta forma, podemos realizar el kata por líneas de ataque o incluso por grupos de técnicas consecutivas, para unirlas finalmente en un todo que dará cuerpo al kata. 

Ritmos y niveles de tensión. Para lograr el máximo beneficio del entrenamiento de los kata podemos entrenarlos de diferentes formas, con diferentes niveles de tensión y a distintas velocidades. 

- Movimientos fluidos, suaves y rápidos, sin tensión. Es la forma ideal para las primeras repeticiones de cada kata, como modo de calentamiento. 
- Movimientos potentes, uno a uno. - Kata al estilo del Tai Chi. Un buen recurso para el entrenamiento de los katas puede ser realizar éstos sin kime, sin tensión alguna en ningún movimiento o técnica, al estilo del tai chi. Puede ayudar a perfeccionar el recorrido de las técnicas y a pulir detalles de posición. 

Respiración. La respiración es fundamental en cualquier actividad física, pero aún más en el karate, dada la importancia que tiene en la movilización de la energía interna (chi para los chinos; ki para los japoneses). Sólo con una correcta manipulación de la energía interna se logra efectividad en los movimientos y economía de esfuerzos, indispensable para llegar fresco a la fase final de cada kata. Una respiración correcta influye en el cuerpo y en la mente. Las sensaciones de estrés, miedo y ansiedad pueden ser evitadas con un correcto control de la respiración, lo que ayudará a canalizar la energía en la realización del kata. Hay dos tipos fundamentales de respiración en un kata: ibuki y nogare. La primera es explosiva y se utiliza en la aplicación de técnicas defensivas y ofensivas contundentes y rápidas; la segunda, propia de los estilos internos derivados del Naha Te, es profunda y lenta, característica del kata Sanchin.
Otros aspectos La visualización es una de las técnicas de entrenamiento psicológico más utilizadas por los atletas de élite de cualquier especialidad deportiva. Los practicantes de karate también pueden beneficiarse de las ventajas que aporta esta técnica de meditación practicando mentalmente los movimientos que componen el kata. En el bus, en el metro, en el ascensor, en la cama antes de dormir… cualquiera puede ser el lugar ideal para que las neuronas se pongan a trabajar. Sólo podremos afrontar con éxito una tarea si somos capaces de visualizarla, y es por ello que, para realizar el kata perfecto hay que creérselo, y no hay mejor forma de hacerlo que verse a uno mismo ejecutando un kata con total perfección. 

La tensión muscular debe ser la correcta en cada fase de cada gesto técnico ejecutado durante el kata. Así, en una técnica de puño (por ejemplo, seiken tsuki), el brazo y el hombro deben permanecer relajados hasta justo el momento antes del impacto, sin tensiones innecesarias que ralenticen o entorpezcan el movimiento. Con ello se ahorra energía y se consiguen movimientos más vistosos, fluidos y eficaces. Sólo con la práctica y la repetición constante se obtiene este dominio.

III Secuencia en el aprendizaje de las katas
Hay cuatro fases en el aprendizaje de un kata. Son las siguientes: 

1. Aprender la secuencia de movimientos y el embusen. Es fundamental y por ahí hay que empezar. En este caso, hay que fijarse en que el embusen sea correcto, realizando los movimientos diagonales en la dirección adecuada. La práctica y las repeticiones constantes son la forma de mejorar en esta primera fase del aprendizaje. 

2. Aprender el ritmo del kata. Esto resulta esencial pues, de no saber aplicar el «tempo» correcto en las técnicas, éstas no tendrán validez alguna en una posible confrontación real. 

3. Dar realismo al kata, visualizando a los oponentes. Hay que mirar donde se golpea, imaginarse que a uno le atacan para que se pueda defender con efectividad y mantener una mirada alerta, de serenidad pero con espíritu de lucha; como ya hemos dicho antes, los ojos deben transmitir el espíritu guerrero que se lleva dentro. 

4. Llegar a ser uno con el kata. Sólo con la práctica constante y consciente, sin distracciones, uno llega a fundirse con el kata, a hacerlo suyo, a apropiarse de él y a conocerlo en profundidad. En tiempos pasados, allá donde se gestó el karate, en Okinawa, había practicantes que consagraban su vida a la práctica de un solo kata; alcanzada la perfección en él, se llegaba a un conocimiento mucho más profundo del arte que con los actuales métodos de enseñanza, en los que prevalece lo cuantitativo sobre lo cualitativo y el número de kata aprendidos por un alumno –aunque sea de modo superficial- se utiliza como indicativo de su nivel como karateka. Muchas son las alusiones de los grandes maestros a estos sistemas de entrenamiento antiguos en los que un karateka podía dedicar, sin llegar al extremo que hemos descrito anteriormente, hasta tres años al aprendizaje de un único kata, pasando al siguiente sólo cuando el anterior está perfectamente asimilado. Se puede Consultar el libro de Funakoshi Gichin, «Karate do: Mi camino», para obtener una visión más amplia de este asunto.

Comentarios

  1. Es importante entrenar cada movimiento por separado y buscar mejorarlo, así luego encadenando cada un logramos mejorar los diferentes enlaces y uniendo los enlaces, hacer un mejor KATA, SS. HENRY VARGAS....

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