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Los orígenes del Karate


Para explicar los antecedentes del Karate hay que remontarse a muchos años antes del comienzo de la era cristiana, en China, aún a pesar de que es un hecho que esta especialidad marcial se gestó, al menos tal y como hoy la conocemos, en la isla de Okinawa, situada geográficamente próxima a las costas de China.
Okinawa -literalmente significa "cuerda en alta mar", haciendo referencia a que constituía el salvavidas de muchos naúfragos que se dirigían a China- pertenece al archipiélago de las Ryukyu, y fue a su través que el Chuan Fa, arte de lucha chino, entró en contacto con las formas de lucha a manos vacías practicadas por los indígenas de la isla. Esto aconteció a a finales del siglo X de la era cristiana. Poco a poco las técnicas del Chuan Fa fueron siendo asimiladas por la población deOkinawa, y recibieron el nombre de To De. No obstante, en el siglo XIV ya se había producido la primera transformación de este estilo interno chino, toda vez que en éste predominaban las técnicas de mano abierta -kaishu-, mientras que en el To De el puño cerrado -taiso- se utilizaba con mayor frecuencia.
A lo largo de los años, diferentes prohibiciones impidieron a los habitantes de Okinawa el empleo de armas. En el siglo XV el rey de la isla, Shyoshin, prohibió la utilización de espadas, y un siglo después, concretamente en el año 1.609, tras la importante batalla de Keicho, los japoneses se adueñaron de las islas, haciéndose dueño y señor de las mismas Yoshihisa Sumazu, quien prohibió la posesión incluso de utensilios de cocina que pudiesen ser utilizados como armas. Hasta tal punto llegó la prohibición que en las comarcas sólo se disponía de un cuchillo para las tareas domésticas, vigilado en la plaza de la localidad por guerreros al servicio de los dictadores. Esta prohibición del uso de armas no fue otra cosa que un precursor perfecto para el surgimiento, en el año 1.629, del “Te” -mano-, resultado de la fusión entre el Chuan Fa que había llegado de China y del To De que ya existía desde antes en la isla. El odio al invasor y la necesidad de defenderse ante los opresores resultó, sin duda, determinante, aunque esta teoría es ampliamente cuestionada. La traducción del Bubishi llevada a cabo por Patrick McCarthy, en sus primeros capítulos, expone diversas hipóteis sobre la difusión de las técnicas de lucha a mano vacía en el archipiélago de las Ryukyu, y destaca en todas ellas la poderosa influencia ejercida por las artes de lucha chinas.
Pero los pioneros del arte no lo tuvieron fácil. Sus entrenamientos se realizaban siempre a escondidas -tal vez por ello la documentación escrita sobre el desarrollo de este arte marcial durante esta época resulta inexistente-, en las tres principales ciudades de la isla, Naha -la capital-, Shuri yTomari, originando así los tres modos de entender el Karate que hoy conocemos como Naha-te,Shuri-te y Tomari-te, respectivamente.
En el siglo XVII el Te derivó en Okinawa-Te -la mano de Okinawa- para distinguirlo aún más del término To De, como ya hemos visto, con influencias del Chuan Fa chino, en una época caracterizada por la exaltación del espíritu nacionalista nipón y la cerrazón cultural y en todos los ámbitos del País del sol Naciente a cualquier influencia externa.
Ya en el siglo XVIII Shungo Sakuwaga (1.733-1.815) fue uno de los primeros practicantes célebres del arte conocido como Te y quien enseñó a sensei ilustres como Sokon Matsumura,Yasutsune Ankoh Itosu y Yasutsune Ankoh Azato -estos dos últimos, maestros de Gichin Funakoshi, el fundador del Karate moderno-, los secretos de su técnica. A él se atribuye el concepto de Dojo como lugar de entrenamiento, y él fue quien creó el primer Dojokun, cuya idea sigue aún hoy siendo válida:
Perfeccionar el carácter
Tener fe
Ser laborioso
Repetar a los demás
Refrenar y prevenir la violencia

Y ya que hablamos de Matsumura, no podemos pasar por alto algunos datos importantes de esta importante figura. Uno de sus mejores discípulos, Ankoh Itosu, fue el fundador del Shorin Ryu (estilo Shaolin), siendo además el creador de los katas Pinan ("mente en paz") -antiguamente llamados Chanan y actualmente conocidos en Japón como Heian-. Kanryo Higashionna -oHigaonna- fue, por su parte, el fundador del estilo Shorei-Ryu, en la provincia de Naha.
En 1.900, es decir, a comienzos del siglo XX, el Okinawa-te, hasta entonces un arte mortífero que servía como medio de defensa y como forma de mantener un buen estado físico, hizo propias las ideas transmitidas durante muchos años por los budistas chinos y se sistematizó como un arte que podría ayudar al practicante a desarrollarse íntegramente: surgió el "Do". Gichin FunakoshiKenwa MabuniChojun Miyagi y otros grandes maestros aprendieron por esta época los secretos del arte y comenzaron su difusión, en el primer cuarto de siglo en Japón y, posteriormente, extendiendo sus alas a los países occidentales, después de acabarse la Segunda Gran Guerra, en los años cincuenta.
¿Cuándo el Okinawa-te se convirtió en Karate? Se desconoce, si bien lo verdaderamente imporatante de esta época es, como ya hemos explicado, el cambio de Karate-Jutsu ("jutsu" significa técnica) en Karate-do -el camino de la mano vacía-, impregnando así el arte de ese aspecto filosófico y de autorrealización del que hoy goza. No obstante, hay que hacer una última observación, y es que en un principio la traducción de Karate era "mano china", ya que el ideograma Kara podía leerse como “Tang”, el nombre de una dinastía china; a medidados del siglo XX el maestroFunakoshi cambió el ideograma kara por la versión japonesa que hoy conocemos y que significa "vacío".

Significado del Dojokun

  Muchos ven en la práctica del Karate únicamente una forma de defensa personal; otros ven en él una práctica deportiva de competición en la que triunfar significa ir pasando eliminatorias en los diferentes torneos en pos de conseguir el mayor número de medallas; algunos, simplemente, practican Karate para mejorar su salud y encontrarse mejor con ellos mismos. Independientemente de que uno busque cualquiera de las metas citadas, el Kárate es mucho más que todo eso. El karateka "tradicional" hace de esta disciplina su modo de vida, y esto trasciende a la actividad realizada en el dojo o lugar de entrenamiento. El practicante marcial ha de saber que su actitud en el dojo puede y debe ser aplicada a todas las demás actividades cotidianas que realice y, de esta forma, ha de hacer suyo el código del guerrero y afrontar cada problema de la vida diaria como un reto del que salir airoso. Dentro de este contexto de interrelación entre las artes marciales y la vida cotidiana cobra sentido la importancia del Dojo Kun, o conjunto de normas que rigen el funcionamiento interno de un dojo en particular y que dan sentido al arte de modo genérico. Éstas normas han de ser repetidas en alto por el Sensei o Sempai junto con sus alumnos al inicio y al final de cada entrenamiento. Conceptos como el de respeto, no violencia, tolerancia y amabilidad, por tanto, deben estar presentes en todos los actos del auténtico budoka, y le ayudarán a transitar por el difícil camino (do) del guerrero moderno.

Generalmente el Dojokun aparece también escrito a la entrada del dojo y, aunque cada estilo e incluso cada lugar de entrenamiento puede tener el suyo propio, en todos los Dojokun el significado y el mensaje suele ser muy parecido.




LO PRIMERO ES: Buscar la perfección del caracter.

-Itotsu - Jinkaku kansei ni Tsutomuro koto.

Este punto hace referencia al hecho de que el Karate es más que un mero deporte o ejercicio físico, y que ha de perseguir como objetivo el perfeccionamiento del caraácter y de la personalidad. La autodisciplina que nos da el entrenamiento construye en nosotros un fuerte espíritu de superación que es extrapolable a todos los ámbitos de la vida, ayudándonos a resolver los problemas que se nos plantean con decisión y temple.

LO PRIMERO ES: El camino de la verdad 

-Itotsu - Makoto no mishi wo Mamuro koto.

Nunca se debe perder la buena perspectiva, siendo ésta coherente con la verdad y no incurriendo en el autoengaño. La honestidad, pues, debe ser un valor fundamental.

LO PRIMERO ES: La constancia y el esfuerzo

-Itotsu - Doryoku no seishin wo Yashinou koto.

En el Karate, como en cualquier otro ámbito de la vida, el esfuerzo y el empeño que pongamos en la consecución de nuestras metas es directamente proporcional a la probabilidad que tenemos de conseguirlas. Alcanzar la maestría en el arte no es fácil, y hay que aprender a disfrutar de cada paso sin buscar en él un refuerzo inmediato: entrenarse ha de ser un fin en sí, y no un medio para alcanzar algo.

LO PRIMERO ES: El respeto a los demás

-Itotsu - Reigi wo Omonzuru koto.

El respeto hacia el Maestro o Sensei, a los compañeros de entrenamiento, y hacia el arte del Karate en sí resulta esencial para recorrer el camino. Esto queda claramente demostrado por el hecho de que todos los entrenamientos en el Dojo comienzan y terminan con un saludo (Rei). Esta parte resulta esencial, y toda clase o entrenamiento ha de acabar en posición de Seiza (arrodillados, con la mirada baja y los ojos cerrados o bien enfocando a unos metros por delante pero con la vista perdida en el infinito). Además, todo combate (Kumite) o Kata, independientemente del tipo que sea, comienza y remata con un saludo, lo que pone de manifiesto la influencia de la cultura Samurai en el Karate en concreto y en todas las artes marciales japonesas en general.

LO PRIMERO ES: Frenar el comportamiento violento 

-Itotsu - Kekki no yu wo Imashimuru koto.

El objetivo del Karate es lograr un profundo autocontrol y autoconocimiento, por lo tanto, cualquier reacción violenta basada en la ira carece de todo fundamento. La aplicación de las técnicas del Karate serán siempre en defensa propia, como último recurso, y buena prueba de ello es que todas las katas de este arte marcial comienzan con un movimiento defensivo.

SS. Henry Vargas 2012.



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